Hay atardeceres irrepetibles, porque la luz de cada tarde es diferente. En Granada, la última hora del día siempre tiene un color especial. Sobre todo en invierno, cuando el cielo es más rojo y el atardecer más largo.
El mejor lugar para ver toda Granada al anochecer es el mirador de la iglesia de San Miguel Alto. Es el punto más elevado de la ciudad y desde aquí pueden observarse el centro histórico, la Alhambra y Sierra Nevada.
El mirador de San Nicolás es uno de los más populares. Se encuentra en pleno barrio del Albaicín, y tiene unas vistas impresionantes a la colina de La Sabika y a la Alhambra. Desde este punto se aprecian perfectamente el Generalife, la Torre de Comares y los palacios Nazaríes. A última hora del día, el animado ambiente de este mirador también es uno de sus principales reclamos. Aquí se dan cita artistas callejeros y amantes del flamenco.
Por otra parte, si la puesta de sol le sorprende en el centro de la ciudad, no dude en acercarse hasta el puente romano. Las aguas del Genil reflejan el rojo del cielo y las casas blancas del Realejo se tiñen de naranja.
Si visita Granada, merece la pena quedarse para ver sus atardeceres.
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